Siempre hemos visto la compra de joyas con diamantes como algo lujoso y bonito, algo de lo que sentirse orgulloso de tener, pero ¿alguna vez hemos pensado de dónde vendrán esos diamantes?
Llamamos
diamantes de sangre o diamantes de guerra a aquellos diamantes obtenidos por esclavos en zonas guerra. Esto es sin duda una violación masiva de los derechos humanos y ha sido causa de disputas por parte de la ONU y en este caso, también se suma el
Proceso de Kimberley, aprobado por la ONU en 2003.
Lo peor no son los elevados precios a los que se vende este producto en el mercado; lo peor es el precio al que lo pagan los inocentes niños, jóvenes y adultos para poder
sobrevivir.
Por eso se aprobó el Proceso de Kimberley, que es un sistema de certificaciones diseñado para evitar que estos diamantes de guerra sean vendidos en los mercados.
Para que un país pueda participar debe asegurarse de lo siguiente:
1. Que cualquier diamante originario del país no comercie con rebeldes o identidades similares.
2. Que cada diamante que se exporte tenga el certificado del
Proceso de Kimberley.
3. Que no haya diamantes importados o exportados a un país que no forme parte del plan.
En conmemoración a esta horrible práctica, se hizo la película
Diamantes de Sangre la cual muestra con detalles una parte de lo que ocurre en zonas donde se practica esto. En esta película se muestra la frialdad de los rebeldes con los esclavos y el peligro en el que ponen sus vidas.
También nos muestra situaciones duras de niños entrenados para entrar a la guerra, alejándolos de sus familias, ofrenciendoles droga y lavándoles totalmente la cabeza para que crean que vivirán mucho mejor cuando en realidad solo están confirmando su muerte.
